Los adolescentes y jóvenes adultos tienen mayores tasas de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) que cualquier otro grupo de edad. Una de las razones principales es que con frecuencia tienen sexo sin protección. También tienen más probabilidades biológicamente de desarrollar una infección.
Prevención de las ETS
La mejor manera en que los adolescentes pueden prevenir las
ETS es no tener relaciones sexuales. Ellos deben comprender que cuando eligen
tener sexo, esta es una decisión que puede afectarles por el resto de su vida.
Los adolescentes deben saber que tener sexo puede ocasionar un embarazo o una
ETS. Asegúrese de que su hijo este informado sobre el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA), el cual es ocasionado por el virus de
inmunodeficiencia (VIH), es una causa importante de muerte en las personas de
15 a 24 años. La presencia de otras ETS como la clamidia, herpes, gonorrea y sífilis
pueden aumentar la probabilidad de contraer una infección de VIH. De acuerdo
con el Centro de control y prevención de enfermedades, las personas que tienen
ETS tienen por lo menos de 2 a 5 veces más riesgo de adquirir VIH.
Las infecciones de transmisión sexual también pueden
ocasionar enfermedad inflamatoria pélvica en las mujeres (una infección del
útero y las trompas de Falopio) y epididimitis en los hombres (inflamación del
tubo en espiral detrás de los testículos). Las complicaciones de las ETS pueden
ocasionar infertilidad o un embarazo ectópico (un óvulo fertilizado que crece
fuera de la matriz).
Los adolescentes pueden enfrentar presión de los compañeros
para tener sexo. Ellos deben comprender que pueden resistir esa presión y que
está bien esperar para tener sexo. Recuerde a su adolescente que decir “no”
posiblemente no será fácil algunas veces, pero decir “no” en la actualidad es
mejor que hacer algo de lo que pueda arrepentirse mañana.
Toda etapa tiene su momento y jamás se debe recibir presión
para hacer algo por el cual aún no es tiempo ni edad.
Es necesario que su adolescente comprenda que consumir
alcohol o drogas puede afectar su capacidad de tomar una buena decisión, pueden
hacer que sea más difícil permanece firme acerca de la elección de esperar para
tener sexo. Además que existe el riesgo que el adolescente puede intentar
comportamientos sexuales de alto riesgo mientras toman alcohol o usan drogas.
Es importante saber sobre la practica del sexo seguro. Usar
un método anticonceptivo de barrera (por ejemplo, preservativos de látex) con
la primera experiencia sexual. Los preservativos no son una garantía contra las
ETS. La única manera de prevenir realmente un contagio es no tener sexo. Sin
embargo, los preservativos pueden reducir significativamente el riesgo.
Cualquiera que es sexualmente activo debe hacerse pruebas de
ETS regularmente. Las mujeres deben hacerse un examen de Papanicolaou
anualmente. Esta es la primera línea de defensa contra el cáncer de cérvix y
los cambios precancerosos ocasionados por virus del papiloma humano. Muchos
médicos recomiendan que todos los adolescentes sexualmente activos se hagan
pruebas dos veces al año para gonorrea y clamidia y una vez al año para
sífilis. La asesoría regular sobre el VIH también es importante. Las pruebas se
deben realizar con más frecuencia si ocurren síntomas como una descarga vaginal
anormal, irritación o dolor
¿Está en riesgo su adolescente?
Los estudios demuestran que si su adolescente tiene una o
más de las siguientes características, él o ella tiene mayor probabilidad de
contagiarse de una enfermedad de transmisión sexual:
• Varias
parejas sexuales
• Contacto
sexual con una o más personas con una ETS conocida, ya sea en el presente o en
el pasado
• Relaciones
sexuales con una nueva pareja durante los últimos 2 meses
• Más de 2
parejas sexuales en los últimos 12 meses
• Síntomas
o signos de una ETS
• Haber
sido un paciente en una clínica de ETS
• No usar
anticonceptivos o el uso de un anticonceptivo sin barrera (por ejemplo,
píldoras anticonceptivas)
• Actividad
homosexual masculina
• Personas
sin hogar
• Uso de
drogas inyectadas (por ejemplo, heroína)
• Participar
en “sexo de supervivencia” (por ejemplo, intercambiar sexo por dinero,
alimentos, drogas o refugio)
• Haber pasado tiempo en una instalación de detención