Domingo, 12 de febrero de 2023
Primera lectura
Lectura del libro del Eclesiástico (15,16-21):
SI quieres, guardarás los mandamientos
y permanecerás fiel a su voluntad.
Él te ha puesto delante fuego y agua,
extiende tu mano a lo que quieras.
Ante los hombres está la vida y la muerte,
y a cada uno se le dará lo que prefiera.
Porque grande es la sabiduría del Señor,
fuerte es su poder y lo ve todo.
Sus ojos miran a los que le temen,
y conoce todas las obras del hombre.
A nadie obligó a ser impío,
y a nadie dio permiso para pecar.
Palabra de Dios
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Salmo
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Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (5,17-37):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas:
no he venido a abolir, sino a dar plenitud.
En verdad os digo que antes pasarán el cielo y la tierra
que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la ley.
El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes
y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los
cielos.
Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de
los cielos.
Porque os digo que si vuestra justicia no es mayor que la
de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.
Habéis oído que se dijo a los antiguos: “No matarás”, y
el que mate será reo de juicio.
Pero yo os digo: todo el que se deja llevar de la cólera
contra su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano “imbécil”, tendrá
que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama “necio”, merece la condena de la
“gehenna” del fuego.
Por tanto, si cuando vas a presentar tu ofrenda sobre el
altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja
allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y
entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Con el que te pone pleito procura arreglarte enseguida,
mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez y el juez al
alguacil, y te metan en la cárcel. En verdad te digo que no saldrás de allí
hasta que hayas pagado el último céntimo.
Habéis oído que se dijo: “No cometerás adulterio”.
Pero yo os digo: todo el que mira a una mujer deseándola,
ya ha cometido adulterio con ella en su corazón.
Si tu ojo derecho te induce a pecar, sácatelo y tíralo.
Más te vale perder un miembro que ser echado entero en la “gehenna”.
Si tu mano derecha te induce a pecar, córtatela y tírala,
porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero a la “gehenna”.
Se dijo: “El que repudie a su mujer, que le dé acta de
repudio”. Pero yo os digo que si uno repudia a su mujer —no hablo de unión
ilegítima— la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la repudiada
comete adulterio.
También habéis oído que se dijo a los antiguos: “No
jurarás en falso” y “Cumplirás tus juramentos al Señor”.
Pero yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el
cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es estrado de sus pies;
ni por Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues
no puedes volver blanco o negro un solo cabello. Que vuestro hablar sea sí, sí,
no, no. Lo que pasa de ahí viene del Maligno».
Palabra del Señor
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