Hoy rezamos con alegría porque
Cristo ha resucitado.
Es el día que concentra todo
el contenido de nuestra fe.
Señor, ¡gracias por habernos
dado esta fe!
Tú eres nuestra esperanza,
nuestra paz, nuestra vida.
¡Aleluya! ¡Acompáñanos en todo
momento!
Te pedimos que seas vida nueva
en todas nuestras actividades,
en la familia, con los amigos,
en el trabajo, en todas partes.
Jesús resucitado, ¡fija tu
mirada en todo lo que hacemos!
¡Ilumínanos con tu fuerza
pacificadora!
Llena de amor nuestras
decisiones, nuestras palabras
¡y nuestra capacidad de
escuchar al otro!
¡Marca nuestra alegría, Señor,
con la sonrisa de la generosidad!
¡Haz que resucitemos contigo,
Jesús, renovados con el agua
del Bautismo que nos permitió
ser hijos de Dios!
¡Ayúdanos a buscarte y a verte
en todas las situaciones
que se nos presentan cada día!
Danos el amor para hacer
presente tu resurrección
entre quienes no te conocen,
entre los que piden signos
evidentes o espectaculares,
entre aquellas personas que sufren
y están abrumadas ¡por la
decepción de tener una vida difícil!
¡Pon luz allí donde las
carencias materiales y espirituales
desafían o comprometen la
creencia en tu triunfo sobre la muerte!
¡Gracias por la vida que nos
das cuando sales del sepulcro
y recuperas la fuerza humana!
¡Gracias por la fe!
Envíanos, buen Dios, a
predicar tu paz y los detalles de tu amor
entre todas las personas que
se cruzan con nosotros
en nuestro recorrido por la
vida!
¡Aleluya! Nuestra alegría es
oración. ¡Aleluya!
Amén.
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