Las palabras tienen un gran poder a través de la oración.
Todas las buenas palabras que son dirigidas a nuestro DIOS traerán como
consecuencia las respuestas más maravillosas, resultados exactos siempre para
el bien.
Historia
Se cuenta que durante la segunda guerra mundial Winston
Churchill, Primer Ministro de Inglaterra, se enteró de que Hitler venía con su
ejército a invadir su país.
Se vio perdido, ya que el ejército alemán era mucho más
poderoso en hombres y armamentos. Después de meditar por un momento, pensó en
la idea más fantástica que se le puede ocurrir a alguien que está perdido
humanamente.
Dijo a sus colaboradores: «Hagamos un llamado al pueblo
para que todos clamen a Dios en oración, necesitamos un milagro para no ser invadidos
por Hitler».
El pueblo obedeció y todos los ingleses, desde niños
hasta ancianos, pidieron a Dios que no permitiera ser invadidos.
Jamás se supo a ciencia cierta lo que sucedió, pero
Hitler nunca llegó. Parece ser que una intensa niebla los cubrió por completo y
se encontraron tan desorientados, que decidieron regresar.
Después de esto la reina de Inglaterra dijo esta
maravillosa frase: «Le temo más a un ejército de hombres orando, que a uno de
hombres armados»
Reflexión
Procura que cada palabra elevada a DIOS sea tan poderosa
en humildad y con todas las fuerzas de tu corazón, cada palabra que expresamos
siempre tiene un sentido, un gran poder, DIOS escucha con atención a todos sus
hijos, de la misma manera cada palabra que expreses a los demás sea para bien
para que las bendiciones te fortalezcan cada día.
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