¡Oh mi Señor, Rey de Reyes, luz de infinita bondad!
Postrado ante tus pies y sin poder mirarte, pues la
vergüenza que hoy tengo por culpa de mi pecado, por todas las ofensas que te he
ocasionado, por faltarle a mis hermanos, por olvidarme de orar y de
agradecerte, vengo ante ti Padre Santo a pedirte me perdones.
Tu misericordia es infinita y eterna, tu amor siempre
presente esta, tu calor fraterno y entrega incondicional, sé que puedo contar
con tu perdón, siento mi alma librar, de tan grande carga, de tan dura
travesía, de todo lo que me atrapaba, solo pensando en las cosas del mundo.
Señor te suplico tu perdón de todo lo que haya hecho
negativamente, ten misericordia de este hijo tuyo, renuévame y hazme mejor
persona cada día de mi existencia.
¡Oh mi Dios, oh mi Salvador!
Mi plegaria va dirigida a ti, en este momento, donde solo me
hace falta recibir tu perdón y tu bendición, quiero sentir mi corazón lleno de
gozo, quiero sentir tu presencia santa, quiero cantar y cantar de alegría
porque tú me has perdonado, porque mi fe
crece, porque no dudo en seguirte, porque puedo mirar a mi hermano con
compasión, mis sentimientos son buenos y mi proceder es tu designio, en tus
manos me entrego mi Señor.
Rogándote una vez más, me concedas el perdón, de todo lo mal que yo he hecho y que pueda alabarte y
proclamar a viva voz, sabiendo que estoy en ti, que me amas y que me arrullas.
Amén
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