Antes de cerrar los ojos, los labios y el corazón, al final de la jornada, ¡buenas noches!, Padre Dios.
Señor, confío en ti siempre, como eres mi Buen Pastor sé que
nada me faltará.
En esta noche sé que tú estarás conmigo, toma mi mente y
dale tranquilidad, que nunca dude que tu presencia es suficiente para
mantenernos en paz.
Te ruego Señor que tu serenidad me envuelva en esta noche,
que mi casa sea protegida por tus ángeles, que con tu poder alejes todo mal de
mi alrededor, todo peligro que sea visible o escondido sea desvanecido, en tu
nombre Jesús.
Te pido Señor que des aliento a mi espíritu, des vigor a mi
cuerpo y entusiasmo de vivir.
En esta noche descanso en ti, todas mis preocupaciones
quedan en el altar y me dispongo a tener un sueño tranquilo y reparador.
Gracias por todas las bendiciones y todo tu amor; si muchas
son nuestras deudas infinito es tu perdón, mañana te serviremos, en tu
presencia, mejor.
Que el día de mañana amanezcamos más fuertes que nunca, con
la fe más consolidada y con un maravilloso día para seguir en tu camino.
Gracias Señor porque no es has escuchado atentamente con
esta Oración, Gracias por tu gran misericordia porque nunca nos abandonas a
pesar de nuestros errores.
Gloria al Padre omnipotente, gloria al Hijo Redentor, gloria
al Espíritu Santo: tres personas, sólo un Dios.
Amén
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