Hermosa Oración al Espíritu Santo.

Ven, espíritu divino, manda tu luz desde el cielo, envía una seña, para que nos alegres de tu presencia.

Ven, oh Espíritu Santo, atiéndenos, Espíritu del Padre, vivifícanos, Espíritu del Hijo, sálvanos.
                                                                                      
Oh Amor eterno, llénanos, Con tu fuego, inflámanos, Con tu luz, ilumínanos.  
                                    
Fuente viva, sácianos, De nuestros pecados, lávanos. Por tu unción, fortalécenos.
Por tu consuelo, confórtanos. Por tu gracia, guíanos. Por tus ángeles, protégenos.                                
No permitas jamás que nos separemos de Ti, Dios Espíritu Santo, escúchanos.

Líbranos del maligno enemigo, En la última batalla, úngenos, A la hora de la muerte, defiéndenos. Entonces llámanos hacia Ti, Para que con todos los santos Alabemos al Padre, al Hijo y a Ti, Consolador piadoso y eterno.

Se guía para los que a veces nos desviamos, y danos sabiduría para tomar las mejores decisiones, danos temple para aceptar sin alterarnos por algún error.
Dame la ayuda que necesito, bríndame tu mano milagrosa, y así podré alcanzar lo que me proponga, porque tú y el Señor todopoderoso son uno.

Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetras las almas; fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo de mi alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento, ayúdanos a ser mejores personas, conviértenos, transfórmanos, haz que seamos realmente personas de bien.

Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero, regresa al que andaba perdido e ilumina al que anda en oscuridad.

Reparte tus sietes dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos gozo eterno.

Espíritu Santo agradezco que me hayas escuchado en esta Oración que de todo corazón he realizado.

Amén

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