Me preguntan, Señor, cómo se puede ser feliz, cómo se
puede vivir entre tanta mentira.
Y tengo que buscar la respuesta dentro de mí, porque hoy
y aquí se cumple tu Palabra.
Queda prohibido llorar sin aprender de nuestros llantos,
levantarse un día sin saber qué hacer… y tener miedo a los recuerdos.
Queda prohibido no sonreír a los problemas, no luchar por
lo que quieres, no convertir en realidad tus sueños.
Queda prohibido no demostrar tu amor, porque hoy y aquí
se cumple tu Palabra.
Queda prohibido dejar a tus amigos, o llamarles sólo
cuando los necesitas.
Queda prohibido no ser tú en todo momento, hacerte el
gracioso con tal de que te recuerden, pareciendo que olvidas a la gente que te
quiere.
Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo, no creer
en Dios y tener miedo a la vida y a sus compromisos, no vivir cada día como si
fuera el último de tu vida, porque hoy y aquí se cumple tu Palabra.
Queda prohibido echar a alguien de menos olvidando sus
ojos, su risa; queda prohibido no intentar comprender a las personas, pensar
que sus vidas valen menos que la tuya, no reconocer que cada uno tiene, como
regalo de Dios, su camino.
Queda prohibido no tener un momento para la gente que te
necesita, no comprender que lo que te da la vida, también te la quita.
Queda prohibido no buscar la felicidad, no pensar en que
podemos ser mejores, no sentir que sin ti, Señor, este mundo no sería igual.
Queda prohibido no amar al Dios que nos ha regalado el
amor, porque hoy y aquí se cumple tu Palabra.
Gracias, Señor, por anunciarnos un Año de Gracia y que lo
vivamos como hijos tuyos rodeados de hermanos.
Amén.
Amén y amén
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