Querido Padre en el cielo, a ti levantamos los ojos y te
damos gracias una vez más por la oportunidad que nos das cada día, sabemos de
antemano que la vida no es fácil pero con tu compañía y protección se puede
vivir una vida tranquila lejos de preocupaciones.
Tú permites que los acontecimientos aquí en la tierra
sigan su propio camino, y hasta tu Hijo tuvo que sufrir y morir. Pero tu plan
ya está preparado y tú actuarás en nuestro momento, según tu voluntad.
Sabemos que las cosas que pasan siempre son por alguna razón,
y que tu misericordia es tan grande y siempre nos procuras como hijos buenos.
Señor confiados estamos que los propósitos siempre son
para cosas positivas, solo nos queda ser pacientes, seguir tus pasos, practicar
tus enseñanzas y compartir las cosas buenas con los demás.
Oramos: “¡Que se haga tu voluntad, tu voluntad!” En medio
de todo sufrimiento, deja que se revele tu amor en muchos lugares, donde quiera
que sea posible para la gente entenderlo.
Tú siempre nos has protegido; continúa protegiéndonos. Tú
has hecho mucho para nosotros y queremos alabar tu nombre.
Queremos ser un pueblo que siempre te reconozca y alabe,
porque tú nunca dejarás que se pierda ni uno sólo que espera en ti.
Quédate con nosotros esta noche, ayúdanos y danos la
fuerza necesaria para servirte en la vida diaria.
Amén
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