Toda oración se debe rezar con total confianza y fe al Señor, rezar con el corazón es la forma mas intima de tener una conversación verdadera con DIOS.
A ti señor, que pasaste por este mundo sanando toda dolencia
y toda enfermedad, levanto mis gritos y gemidos, yo, pobre árbol azotado por el
dolor. Hijo de David, ten compasión de mí.
Mi salud se deshace como una estatua de arena. Estoy encerrado en un círculo fatal: el
hospital, la cama, los análisis, los diagnósticos, el alcohol, el algodón, el
médico, la enfermera… no salgo de ese círculo. Una fiera llevo clavada en lo
más recóndito de esta parte de mi cuerpo, y nadie descubre su figura. Ten
piedad de mí, Señor.
DIOS mío, cada mañana me levanto cansado, mis ojos
enrojecen, de tanto insomnio. Con frecuencia me siento pesado como un saco de
arena. Mis huesos están carcomidos, mis entrañas deshechas, y como un perro
rabioso me muerde el dolor. Y, sobre todo, el miedo, Señor. Tengo mucho miedo.
El miedo, como un vestido mojado, se me pega al alma. ¿Qué será de mí?
¿Amanecerá para mí la aurora de la salud? ¿Podré cantar algún día aleluya de
los que se sanan?
¿Me visitaras alguna vez, DIOS mío? No dijiste un día:
“Levántate y anda” No dijiste a Lázaro: “Sal Fuera” ¿No se sanaron los leprosos
y caminaron los cojos al mando de tu voz? ¿No mandaste soltar las muletas,
caminar sobre las aguas? ¿Cuándo llegara mi hora? ¿Cuándo podre narrar, también
yo tus maravillas? Hijo de David, ten piedad de mí, Tú que eres mi única
esperanza.
Sin embargo, sé que hay otra cosa peor que la enfermedad: la
angustia. Es buena la salud pero mejor es la paz. ¿Para qué sirve la salud sin
la paz? Y lo que me falta ante todo es la paz, mi Señor Jesucristo. La
angustia, sombra oscura hecha de soledad, miedo e incertidumbre, la angustia me
asalta a ratos, y a veces me domina por completo.
Con frecuencia siento tristeza, y a veces tristeza de
muerte.
Necesito paz, Señor Jesús, esa paz que solo Tú la puedes
dar. Dame esa paz hecha de consolación, esa paz que es fruto de un abandono
confiado. Dejo, pues, mi salud en manos de la medicina, y haré de mi parte todo
lo posible para recuperar la salud. Lo restante lo dejo en tus manos.
A partir de este momento suelto los remos, y dejo mi barca a
la deriva de las corrientes divinas. Llévame a donde quieras, Señor. Dame salud
y vida larga, pero no se haga lo que yo quiero sino lo que quieras tú. Sé que
esta noche me consolaras. Lléname de tu serenidad, y eso me basta.
Amén
Sáname Señor.
ResponderBorrarSaname Señor
ResponderBorrarEn mi señor confio .saname señor
ResponderBorrarSeñor en ti confio saname te necesito
ResponderBorrarSana a mi bb kerin que esta internado ase 7 dias porvabor sr jesus
ResponderBorrarSaname Señor, de cuerpo, alma y espititu. Amen.
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