La Oración de la Magnifica en si es Poderosa cuando se
reza con mucha fe y confianza, te compartimos una pequeña reseña para que sepas
más de esta Poderosa Oración.
La Magnífica, o Magnificat en latín, es una oración y
también un canto litúrgico, propio de la religión católica, basado en los
hechos descritos por el Evangelio de San Lucas (Capítulo 1, versículos del 46
al 56), antes del nacimiento de Jesús.
De acuerdo con el texto sagrado, cuando María se
encontraba en fase de gestación decidió visitar a su prima Isabel, quien
residía cerca de la montaña de Judá, y también estaba embarazada (sería la
madre de San Juan Bautista).
Al entrar María en la morada de sus parientes, el bebé de
Isabel saltó de alegría en su seno. Según las escrituras (Lucas, Capitulo 1
versículos del 42 al 45), la mujer saludó a la Madre de Jesús, con las
siguientes palabras:
¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el
fruto de tu vientre!
¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a
visitarme?
Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te
fue anunciado de parte del Señor
Nuestra Señora respondió a su pariente con lo que hoy se
conoce como “Canto de la Virgen María” o “La Magnífica”: una oración donde pone
de manifiesto su confianza en los designios divinos.
La Magnífica es empleada por los creyentes, con óptimos
resultados, para solicitar protección (sobre sí mismos y su entorno), en contra
de enfermedades, adversidad y peligro inminente.
Oración.
Glorifica mi alma al Señor, y mi espíritu se llena de
gozo, al contemplar la bondad de Dios, mi Salvador.
Porque ha puesto la mirada en la humilde sierva suya, y
ved aquí el motivo por el que me tendrán por dichosa y feliz, todas las
generaciones.
Pues ha hecho en mi favor, cosas grandes y maravillosas,
Él que es Todopoderoso. Su nombre es infinitamente Santo, y su misericordia se
extiende de generación en generación, sobre aquellos que le temen.
Extendió el brazo de su poder, y disipó el orgullo de los
soberbios, trastornando sus designios. Desposeyó a los poderosos; y elevó a los
humildes. A los necesitados los llenó de bienes, y a los ricos dejó sin cosa
alguna.
Exaltó a Israel, su siervo, acordándose de él por su gran
misericordia y bondad. Así como lo había prometido a nuestros padres, en favor
de Abraham y toda su descendencia, por
los siglos de los siglos.
Amén.
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