Señor Jesús, en tu presencia quisiera pedirte que envíes
a tus ángeles para que estén conmigo y se unan a mi oración en favor de mi
familia.
Oración.
Señor tu sabes que hemos pasado por momentos difíciles,
momentos dolorosos, situaciones que le han quitado la paz y la tranquilidad a
toda nuestra familia. Situaciones que han generado angustia en nosotros,
confusiones, miedos, incertidumbres y desconfianzas.
A veces nos bloqueamos y ya no sabemos a quién recurrir,
no sabemos a quién pedir ayuda, pero somos conscientes de que necesitamos tu
divina presencia en nuestras vidas.
Por el poder de tu nombre, pido para que se rompa
cualquier situación de interferencia de los patrones negativos de matrimonios y
relaciones que mis antepasados tuvieron, hasta nuestros días. Patrones de
infelicidad en la vida matrimonial, patrones de desconfianza entre los
cónyuges, hábitos compulsivos de pecados que se han ido arrastrando de
generación en generación; entre todas las familias, como una maldición. Que se
rompan ahora por el poder del nombre y la sangre de nuestro Señor Jesucristo.
No importa, Jesús, dónde comenzó todo, cuáles fueron las
causas; quiero, por la autoridad de tu nombre, clamar que tu sangre sea
derramada sobre todas las generaciones pasadas, para que toda la sanación y
liberación que es necesaria, los alcance a todos ahora, por el poder de tu
sangre redentora.
Rompe, Señor Jesús, cualquier expresión de desamor que se
pueda estar viviendo en mi familia, situaciones de odio, rencor, envidia,
rabia, deseos de venganza, deseos de terminar la relación; de seguir solo en mi
vida; que todo eso se derrumbe Jesús, y que gane tu presencia en medio de
nosotros.
En el poder de tu sangre, Jesús, pongo fin a todo el
comportamiento de indiferencia dentro de mi casa, pues ha matado nuestro amor.
Renuncio al orgullo de pedir perdón, orgullo de reconocer mis errores; renuncio
a las palabras malditas que le dije a mi cónyuge, palabras de maldición,
palabras de humillación, palabras que lo hieren, lastiman y dejan marcas
negativas en su corazón. Palabras malditas que lo disminuyen, verdaderas
maldiciones proclamadas en mi casa; clamo y ruego a tu sangre redentora sobre
todo eso, Jesús. Cúranos y libéranos de las consecuencias que hoy se reflejan
en nuestras vidas debido a esas realidades.
Renuncio a las palabras malditas que proferí sobre la
casa donde vivo, por la insatisfacción de vivir en esta casa, de no sentirme
feliz en esta casa, renuncio a todo lo que yo pueda haber dicho negativamente
dentro de mi casa.
Renuncio a las palabras de insatisfacción que dije sobre
nuestra realidad económica, pues a pesar de que recibimos poco, a pesar de que
el salario mensual es muy justito, nada nos ha faltado, Jesús.
Por eso también te pido perdón. Perdón por la ingratitud,
por no lograr ver en mi familia a la familia adecuada para mí…
Perdón Jesús, porque sé que he actuado equivocadamente
muchas veces, y quiero a partir de hoy recomenzar.
Quiero pedirte, Señor, que derrames el Espíritu Santo
sobre nosotros, sobre cada miembro de mi familia. Que el Espíritu Santo pueda
con tu fuerza y tu luz, bendecir a todas mis generaciones pasadas, presentes y
futuras.
Que a partir de hoy pueda surgir en mi matrimonio y en el
matrimonio de mis familiares, un linaje de familias comprometidas contigo y con
tu Evangelio, que surja un linaje de matrimonios profundamente comprometidos
con la sacralidad del matrimonio, llenos de amor, fidelidad, paciencia, bondad
y respeto.
Me consagro y consagro a toda mi familia al corazón
Inmaculado de la Virgen María, para que ella nos bendiga y nos libre de
cualquier ataque del Enemigo.
Amén.
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