Señor, Padre todopoderoso, te damos gracias de todo corazón por habernos dado estos hijos.
Es una alegría para nosotros y una plenitud divina de los hijos que tenemos, gracias Señor por esa dicha, asimismo las preocupaciones, temores y fatigas que nos cuestan, las aceptamos con serenidad.
Solo te pedimos Padre Nuestro que nos ayudes a amarlos sinceramente y siempre con la empatía requerida, pero también con las palabras exactas para orientarlos adecuadamente.
A través nuestro has hecho surgir vida; desde toda la eternidad tú los conocías y amabas.
Danos sabiduría para guiarlos, paciencia para
instruirlos, vigilancia para acostumbrarlos al bien mediante nuestro correcto ejemplo.
Fortalece nuestro amor para corregirlos y hacerlos personas de bien.
Que jamás se desvíen o caigan en el camino incorrecto y que gocen de ser humildes y sencillos, respetuosas y que vayan sembrando valores en quienes se les acerquen.
Que tu protección siempre esté con ellos y que en nosotros como padres siempre tengamos la sabiduría necesaria para darles el mejor consejo para que puedan vivir la vida como debe ser.
Enséñanos tú Padre bueno por los méritos de Jesús tu Hijo y Señor nuestro.
Encomendados a ti Señor me despido con la seguridad que siempre estarán protegidos mediante tus Ángeles Guardianes con la fuerza de sus Alas y el poder de tu bendición.
Amén
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