ORACIÓN DE SANACIÓN A JESÚS NUESTRO SEÑOR


Mi Señor, tu que dijisteis, “Yo soy la resurrección y la vida”, tú que traes y llevas nuestras enfermedades, sanaba todo tipo de heridas de los que se acercaban a ti; hoy te pido Jesús de tu divino corazón que sea en pro de los enfermos, quienes te suplican y ruegan que los ayudes, y por intercesión de la Virgen Santísima Madre, la Señora de los Ángeles, la Virgen María, la salud de los enfermos, que tú sanes y alivies los dolores de las enfermedades que padece tu servido, sólo si es un bien común para su alma y su sanación espiritual.



Mi Salvador Jesús, quien al que el funcionario se te acercó para decirte “Venid, Jesús, antes de que mi hijo fallezca” y tú con mucha paz le respondiste “Vete tranquilo, tu hijo vive”. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien al que el ciego de Jericó, que estaba esperando tu llegada sentado en el camino te pidió a gritos “Jesucristo, hijo del Rey David, ten piedad de mí” y tú le respondiste “Tu fe te ha salvado de tu enfermedad, recupera tu vista” y en ese instante él vio. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien al que el leproso, que te pidió suplicando “Señor, si está en tu voluntad puedes limpiarme” y tú le respondiste “Quiero, sé limpio” y ya no estuvo enfermo. Cúralo, Señor.



Mi Salvador Jesús, quien al que desataste al mudo que poseía un demonio, al que hablaste con admiración hacia el que antes era mudo. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, quien sanaste al enfermo que padecía hace 38 años la misma enfermedad de no poder caminar, junto a la piscina de las ovejas le dijiste “Levántate, ponte de pie y anda” y anduvo. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, que estando presente ante el hijo muerto de la viuda de Naím, le dijiste a su madre “No llores”, y tocando el ataúd, hablaste “Levántate, a ti te lo digo, jovencito” y así el joven vivió. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, que dijiste “Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados”. Cúralo, Señor.

Mi Salvador Jesús, que dijiste “Os digo de verdad, que todo lo que pidáis al padre en mi nombre, será otorgado”. Cúralo, Señor.


Mi Dios omnipotente, omnisciente y omnipresente, en la eterna salud de los que tiene fe, óyelos para la ayuda de tus sirvientes enfermos, los que imploramos el auxilio de tu misericordia; con la finalidad de que, sanados y con la salud recobrada, seáis venerado en la Iglesia. Por nuestro Señor Jesucristo.

Amén


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